Spice and Wolf volumen 6 capítulo 3

Al instruir al aparentemente fácil de engañar Col, Lawrence sabía que si se trataba de mostrar ejemplos de cada estafa o engaño posible, no habría fin.

Lo que él necesitaba enseñar era algo que ayudara a Col evitar ser engañado.

Después de eso, una vez Col sepa una o dos formas de hacer dinero, probablemente será capaz de ahorrar un poco, siempre y cuando él no sucumba ante la codicia.

Por supuesto, superar la codicia era una de las cosas más difíciles de hacer para los seres humanos.

«Cuando alguien te habla de una buena oportunidad, necesitas pensar sobre cómo se van a beneficiar de ella. O no sólo consideres las circunstancias que te van a traer ganancia-también ten en cuenta la perdida. La mayoría de las estafas se pueden evitar simplemente haciendo solo eso.”

«¿Pero a veces las cosas no salen bien y otras no?»

«Por supuesto. Pero cuando estás siendo estafado, la ganancia generalmente es demasiado buena. Cuando el equilibrio entre la ganancia y la pérdida es extraño, es mejor apartarse. Así que si la ganancia es grande o la pérdida es demasiado grande, no lo hagas.»

«¿Incluso si la ganancia… es grande?» Tal como se podría esperar de alguien que quería aprender, tanto como para pagar por ello, Col era dedicado e inteligente.

Aunque Lawrence se había mostrado reacio en tomarlo como aprendiz, el niño era lo suficientemente rápido en captar las cosas que enseñarle era agradable.

“No parece ser que lo creas”, dijo Lawrence.

“Er, bueno… en realidad no.”

«En la vida, es mejor asumir te van a pasar más cosas malas que buenas. No puedes mirar el éxito de otra persona y asumir que te va a pasar a ti. Hay un montón de gente en el mundo, así que tiene sentido que uno o dos de ellos sean afortunados. Pero sólo hay uno de ti. Suponiendo que la buena fortuna vendrá a ti no es diferente de señalar con el dedo a una persona al azar y predecir lo mismo para ellos. ¿Pero crees que la predicción se haría realidad?»

Mientras repetía  a otra persona las palabras que su propio maestro le había dicho, Lawrence sintió el peso de ellas.

Si él solo hubiera sido capaz de ponerlas en práctica un poco más fielmente, sus viajes con Holo podrían haber ido con un poco más de tranquilidad.

«Así que teniendo todo esto en mente, si regresamos a los documentos que fuiste engañado en comprar…»

Holo observaba perezosamente su conversación.

Al principio parecía como si ella estuviera a punto de burlarse del sermón pretencioso de Lawrence, pero al final parecía simplemente estar disfrutando de la conversación.

El barco se dirigió río abajo con facilidad, y aunque hacía frío, no había viento.

El ambiente era extrañamente estable, a diferencia de cuando Lawrence había viajado solo, pero también a diferencia de sus viajes con sólo Holo. Fuera lo que fuese encajaba perfectamente con la situación; era una sensación extraña y antigua.

Mientras Lawrence pensaba, se preguntaba qué sensación era.

Holo no estaba a su lado riéndose maliciosamente, pero cuando se dio la vuelta, allí estaba ella detrás de él, una leve sonrisa en su rostro.

Estaban en un río en pleno invierno, así que, ¿que fue este calor?

Lawrence no lo sabía. Él no lo sabía, pero hizo que su cuerpo se sienta ligero.

La conversación con Col se volvió fluida, y tal como Col comenzó a entender el pensamiento de Lawrence, Lawrence empezó a comprender las preguntas del Col.

La buena fortuna puede no venirle muy a menudo,  pero los encuentros afortunados parecían ser bastante comunes.

Fue ese tipo de momento.

«Ja, ja. ¿Interrumpo algo?» dijo de repente la voz de Ragusa, y Lawrence se sintió como si le hubieran despertado de un sueño.

Col parecía igual de impactado, y cuando recuperó la compostura, su expresión lo hacía parecer como si él no estuviera muy seguro de lo que estaba haciendo.

«Er, no, para nada… ¿Ocurre algo?»

«Sólo que el próximo punto de control será el último por el día. Pensé que usted podría tener algo que necesite comprar, eso es todo.»

«Ah, ya veo.» Lawrence intercambió una mirada con Holo. Ella revisó el contenido de la bolsa que llevaba sus provisiones, aun compartiendo el pan con Col, tendrían un montón.

“Va a alcanzar”, dijo ella.

“Aparentemente va a alcanzar”, le dijo Lawrence a Ragusa.

“Aye, y es bueno si es así. Aunque-“ Ragusa se ​​estiró, luego se inclinó sobre la pila de mercadería, una amplia sonrisa en su rostro. «Parece que una mentira se ha convertido en verdad. ¡Está haciendo de aprendiz bastante bien!»

Ragusa obviamente se ​​refería a Col, quien bajó la mirada, avergonzado.

A diferencia de cierta persona cuyo pecho se hincha al menor elogio.

«He contratado a niños muchas veces antes, pero rara vez se quedan siquiera un año. Y cuando se trata de trabajar sin ser gritado o golpeado-¡este muchacho es un milagro!» sonrió Ragusa.

«Sin duda», coincidió Lawrence.

Los eruditos viajeros eran despreciados-eran perezosos, sí, pero tampoco hicieron ningún trabajo y no lograron nada para ganar ningún tipo de confianza.

A pesar de haber sido acorralado, Col trabajó duro para salir adelante y tomó las enseñanzas de Lawrence en serio, más que suficiente para ganar confianza.

Parpadeando rápidamente ante el elogio inesperado, Col parecía no entender eso.

Holo sonrió, la más feliz de todos.

«Así que, tengo algunos trabajos de que encargarme en el siguiente punto de control.»

“Ah, sí-por favor déjeme ayudar.”

«Ja, ja, ja! Cuidado, ¡tu profesor te va a regañar!»

«¿Eh?”, dijo Col, confundido, a lo que Lawrence sonrió sin poder hacer nada y habló.

«Este muchacho no quiere ser un comerciante o un barquero. ¿No es así?»

Col levantó la vista con sus ojos azul claro, devolviendo la mirada de Lawrence, luego la de Ragusa; luego se detuvo.

Era evidente que estaba pensando con todas sus fuerzas.

«… Sí. Er, yo quiero estudiar derecho de la Iglesia.”

«Vaya, eso es una lástima.»

«Así que ya ve cómo es», dijo Lawrence.

«Creo que me voy a dar por vencido, entonces, si nadie más lo va a conseguir para ellos mismos. Supongamos que siempre son los dioses los que se benefician al final, ¿eh?» Ragusa suspiró con cordialidad, luego se trasladó a popa y agarro su remo.

Las personas responsables siempre estaban en demanda, sin importar la industria.

“¿Um…?”

Lawrence se echó a reír. «Él está diciendo que si sigues estudiando así, vas a terminar siendo un erudito con el tiempo.»

«Ah…» Col asintió vacilante, y cuando el barco se acercó al muelle, Col corrió hacia Ragusa cuando el hombre lo llamó.

Lawrence fue dejado solo y reflexiono sobre las palabras de Ragusa.

Parece ser que al final los dioses no fueron los que se beneficiaron.

“Pareces arrepentido”, dijo Holo.

“¿Huh?” dijo Lawrence, luego asintió con la cabeza. “Si, supongo que me siento un poco decepcionado.”

“Aun así, vas a tener otras chances.”

Lawrence miró a Holo, un poco sorprendido de sus palabras. «¿Así que encuentras ayudarme a convertirme en un comerciante importante insatisfactorio?»

“No eres uno hecho y derecho hasta que tengas un aprendiz.”

¿Así que se trataba del aprendiz entonces?

Era cierto que Lawrence le había dicho a Holo que sentía que sus aventuras podrían terminar una vez que abra una tienda.

Holo le había dicho que consiguiera un aprendiz.

“Aunque es un poco temprano para eso.”

“¿Lo es?”

“Lo es. Tal vez dentro de diez años. O incluso de quince.”

Unos años atrás, Lawrence nunca habría sido capaz de pensar de aquí a diez años, pero estaba llegando a la edad en la podría mirar tan adelante.

En el pasado, él bien podría haber pensado que podía ser cualquier cosa, pero ahora esas opciones ya no eran accesibles para él.

«Dentro de diez años, dices-mm, para entonces incluso puedes ser un poco más varonil.»

“¿…De que estás hablando?”

“Oh, ¿debo explicártelo?” a juzgar por su sonrisa, Holo estaba escondiendo algo grande.

Decidiendo que era mejor dejar descansar a los dioses dormidos, Lawrence desistió su contraataque.

“Jeje. Astuto de tu parte.”

«Su elogio me halaga, milady.»

Holo golpeó el hombro de Lawrence, sus mejillas infladas deliberadamente.

Lawrence sonrió en respuesta, luego extendió la mano hacia el montón de papeles que había comprado de Col.

A pesar de la interrupción, el tema de las monedas de cobre era suficiente para despertar su curiosidad de comerciante.

Aunque Lawrence no estaba especialmente pensando en la ganancia-mucho menos de tratar de exponer el contrabando de la Compañía Jean-la idea de poder resolver el acertijo simplemente a través de un cuidadoso análisis de esta manojo de papeles era emocionante.

«Ciertamente eres un macho tacaño.»

“¿Qué?”

«Mira la forma en que tus ojos se iluminan con ese papel. ¿Es mucho más divertido que hacerme compañía?»

Lawrence no sabía si debía reír o no.

Sin embargo sabía con certeza, que si él señalaba que Holo estaba siendo celosa de una pila de papeles, sería golpeado.

«Sólo es una diferencia de tres cofres. ¿Por qué eso es tan interesante?» preguntó Holo.

«¿Por qué…? Supongo que porque es divertido pensar en ello. Pero esta vez, si no me equivoco, no vamos a ser arrastrados en una especie de revuelta. No necesitas preocuparte por eso.”

Lawrence hojeó las páginas mientras hablaba y pronto se encontró con una hoja en la que el nombre de la Compañía Jean fue escrito y luego otro.

Tal vez esto era lo que estaba buscando.

“…”

Tuvo la sensación de que Holo había dicho algo y levanto la mirada.

Holo se había dejado caer y estaba agarrada de la manta.

Debajo de su túnica, su cola se agitaba descontenta.

Su expresión era una de frustración.

“Algunas veces eres muy bueno negociando, sabes”, dijo ella.

De vez en cuando incluso Holo era fácil de entender.

¿Estaba siendo presuntuoso?, Lawrence se preguntaba, al imaginar que lo que estaba pensando Holo era: Está muy bien que te ocupes de Col, pero cuando él no este, tu atención sólo debe estar en mí.

«Bueno, entonces, ¿te gustaría ayudar?»

«…Supongo que no me importaría.»

Lawrence se acordó de hace mucho tiempo, cuando Holo no se atrevía a pedir simplemente una manzana.

Su rostro mostraba disgusto, aunque sus orejas se habían levantado felizmente.

«Esta palabra, aquí. Compañía Jean. Encuentra todo lo que la mencione. Puedes leer las letras, ¿cierto?»

“Aye. Cualquier cosa que la mencione, ¿todo en absoluto?”

“Si.”

El fajo de papeles de Col era bastante considerable.

Muchos de ellos estaban muy arrugados, tal vez de haber sido maltratados o metidos en una bolsa en el proceso de su robo.

Y como prueba de que habían pasado por muchas manos, varios estaban muy manchados y desgastados con marcas de dedos.

Probablemente había unas cien hojas en total; Lawrence le entregó una parte a Holo, y comenzaron a buscar la Compañía Jean.

Lawrence podía darse cuenta a simple vista qué tipo de documento era cada hoja, y una vez que sabía el tipo de documento, sabía más o menos donde buscar nombres de empresas en la página.

Por el contrario, Holo tenía que ojear cada página de arriba a abajo o se arriesgaba a no notar el nombre-y la escritura a menudo era desprolija.

Era obvio para Lawrence que ella le daba miradas nerviosas con frecuencia.

Sin duda le resultaba frustrante ser menos capaz que él en algo.

Lawrence fingió no darse cuenta y aminoró el paso.

“Aun así, vos-“, comenzó Holo.

“¿Hmm?”

Incluso después de haber aminorado el paso, Lawrence era más rápido, por lo que era descabellado pensar que Holo sospechaba de un auto-sabotaje luego de sólo un instante.

De hecho, en lugar de seguir trabajando mientras hablaba, Holo bajó los papeles y miró hacia algún lugar lejos en la distancia.

“¿Qué sucede?”

Holo negó con la cabeza en respuesta a la pregunta de Lawrence, mirando sus manos. “…No es nada.»

Sin embargo, incluso Holo, que era una mentirosa brillante, no podía convincentemente insistir que era, de hecho, nada.

«Podrías ser un poco más sutil, sabes.»

Lawrence esperó que eso la enfureciera un poco, pero Holo parecía estar un escalón por encima de eso.

Ella sonrió con sorna, y luego tomó los papeles para ponerlos en orden. «Estoy pensando en cosas aburridas, eso es todo.»

Finalmente dando vuelta una página, Holo lentamente cerró los ojos.

«¿Qué tipo de cosas?»

«Cosas muy aburridas… me preguntaba qué tipo de ciudad nos espera una vez que hayamos llegado río abajo.»

A las palabras de Holo, Lawrence miró río abajo.

No hay señales de que el mar estuviera visible todavía; sólo había llanuras y la corriente suave del río.

Por supuesto, la ciudad portuaria de Kerube aún tampoco era visible.

Pero Lawrence tuvo la sensación de que las palabras de Holo acarreaban otro significado.

Más que nada, cuando Holo llama a algo «aburrido», no se trata sólo de que era simplemente aburrido.

«Sólo he pasado por ella en barco dos o tres veces, así que no le he prestado mucha atención, si te digo la verdad.»

«Eso es suficiente. ¿Qué tipo de ciudad es?»

Ya que ella había preguntado, no había ninguna razón para ocultarlo. Lawrence llamó a los recuerdos de sus experiencias pasadas. «El río desemboca en el mar en un amplio delta, y donde la gente del pueblo no vive, es muy animado, con tabernas, muelles de carga de las empresas comerciales y puestos de cambistas. Las casas están situadas en los extremos norte y sur del delta. En conjunto se le conoce como Kerube, pero las secciones superior, media e inferior no se llevan nada bien.”

«Oh ho.» Holo miró el papel en sus manos, aunque no estaba claro si estaba leyendo las letras o no.

«La visité en un gran barco mercante que une naciones lejanas. Había parado en Kerube para cargar suministros a mitad de la travesía. Ya que era un navío grande, no podía navegar por el delta poco profundo, así que abordamos un barco más pequeño para hacer el viaje.”

Lawrence se detuvo allí para revisar la reacción de Holo.

Si esto era lo que ella quería saber, hubiera sido más rápido simplemente dejarla ver el lugar cuando llegaran-pero Holo no parecía pensar eso.

«Y luego, ¿qué viste una vez que subiste el delta?» Holo miraba vagamente el papel en su mano, pero su atención parecía estar en un punto mucho más allá.

Al verla así y explicándole los lugares de interés de Kerube de esta manera, Lawrence sentía como si estuviera guiando a una persona ciega.

Pero cuando él frenó su discurso, Holo lo miró y sin decir palabra le insistió más.

Lawrence estaba preocupado, pero continuó. «…De acuerdo. Subiendo por el delta, lo primero que nos recibe el viento y los restos de un barco que está encallado. El casco está roto limpiamente en dos, y pasamos a través de él como si fuera una puerta. Una vez en el otro lado, estamos rodeados de energía y ruido, pero no como en un mercado de la ciudad. Un mercado de la ciudad vende un producto a la vez, pero en este caso las mercancías se compran y venden en cantidades que hacen que tu cabeza gire-es un mercado para los comerciantes. Los productos apilados allí serán llevados a tierras cercanas y lejanas. Veamos… ah, sí. Hay muchas tiendas dedicadas a la prestación de un breve momento de placer en los viajes largos y difíciles. Dentro de ellos, bueno… probablemente haría que arrugues la frente al escuchar de ello», dijo Lawrence encogiéndose de hombros, a lo que Holo soltó una carcajada.

«Desde dentro de las filas de edificios de dos plantas vienen sonidos constantes de risa y música de laúd todo el día.»

Holo asintió, y sin levantar la cabeza ni la mirada, le preguntó: «¿A dónde se dirigía el barco?»

“¿El barco?”

“En el que viajabas.”

«Ah, ese barco estaba destinado al sur a lo largo de la costa, arribando a una ciudad portuaria llamada Yordos, un lugar conocido por sus expertos artesanos. El barco transportaba principalmente ámbar desde el norte, y la ciudad era famosa por su artesanía de ámbar. Es incluso más al sur que Pazzio, donde tú y yo terminamos corriendo bajo tierra, o incluso Pasloe, donde nos conocimos. El mar allí es muy cálido y oscuro» Lawrence era más joven y despreocupado en ese entonces; no poseía una carreta y había sido bastante descuidado con su vida mientras revoloteaba de un lado a otro.

No entró en la conversación, pero no había comparación entre un largo viaje por mar pasado en un cuarto oscuro debajo de la cubierta y un corto viaje en el río.

Durante el viaje, se había sujetado desesperadamente de la vejiga de vaca que contenía su agua potable, tratando de no derramarla mientras el barco se sacudía tan violentamente que había sido imposible incluso sentarse correctamente.

Y con tanto balanceo, un pobre comerciante ambulante-que no tenía nada de marinero-pronto fue presa del mareo.

Cuando ya no le quedaba nada en el estómago, vomitó sangre, y se había vuelto delgado y demacrado para cuando el barco arribó.

Era tan duro que Lawrence apenas podía creer que había hecho el viaje en tres ocasiones.

«Mm. Aunque no conozco este ‘ámbar’ del que hablas.»

«¿Eh? ¿No lo haces?» preguntó Lawrence y Holo le lanzó una mirada de irritación.

Él había pensado que al vivir la vida de un dios del bosque, sería el tipo de cosa que ella sabría-pero cierto, ella tampoco tenía conocimiento de la pirita.

«Es la savia del árbol que se endurece bajo tierra, y luce como una joya. Es algo así como… ah, sí. De hecho se parece un poco a tus ojos.»

Lawrence apuntó al rostro de Holo, con lo cual ella parecía tratar inconscientemente de ver sus propios ojos. Él no podía dejar de reír cuando ella se puso bizca.

«Hiciste eso a propósito», dijo ella-pero si eso hubiera sido realmente así, Holo no lo habría dicho.

Ya que Lawrence se podía dar cuenta que ella estaba irritada por su comentario, respondió: «Bueno, en cualquier caso, son como joyas preciosas.”

A pesar de su irritación, Holo no pudo evitar estallar en carcajadas ante las palabras obvias. «¡Hmph! Nada mal viniendo de vos. Así que luego de bajar del navío, ¿a dónde fuiste después?»

«¿Después? Después fue… “, comenzó Lawrence, cuando una pregunta se le cruzo por la cabeza.

¿Qué podría obtener ella al preguntar esto de repente?

«Me puedes decir eso, o me puedes contar cual es el destino de esa zorra.”

Holo tal vez pensó que la vacilación de Lawrence era debido a la vaguedad de su memoria.

Pero no-él pronto se dio cuenta de que no era eso.

Era porque ella tenía miedo incluso de un momento de silencio- incluso de la cantidad de tiempo que le llevó preguntarse por qué ella le estaba preguntando todo esto.

«¿El destino de Eve, eh? Si ella va a vender la piel a los artesanos de piel, va a ser todavía más al sur que Yordos. Probablemente en un pueblo llamado Urva.”

«¿Cuánto crees que va a ganar?»

«Hmm… quizás el triple… aunque eso podría ser difícil. Si ella fuera a generar tanta ganancia, ella nunca le hablaría a un comerciante ambulante como yo de nuevo, lo puedo apostar.”

A la sonrisa de Lawrence, Holo le golpeó en el hombro con el rostro disgustado.

Pero sus ojos no se cruzaron.

Era como que si ella lo mirase a los ojos, tenía miedo de que él fuera a ver sus pensamientos.

«Ja, ja. Pero no es broma-si logra una ganancia de mil o dos mil piezas de oro, va a entrar en las filas de los comerciantes de alto nivel. Una vez que tienes esa cantidad de dinero, lo apropiado es contratar ayuda, abrir una tienda, comprar un barco, e involucrarse en el comercio de larga distancia. Comprar oro de las naciones del desierto y especias de las tierras ardientes. Luego traer seda o cristalerías, volúmenes de escritura antigua que detallan la historia de los imperios pasados, alimentos y animales exóticos, montañas de joyas del mar como perlas o coral. Un barco lleno de esas cosas regresando a salvo al puerto podría generar una ganancia de diez o veinte veces lo que voy a hacer en mi vida. Luego puedes abrir sucursales para tu empresa comercial y lo más probable es entrar en las transacciones bancarias. Prestar enormes sumas a la nobleza local a cambio de varios privilegios especiales te permite tomar el control de la economía local. Entonces, finalmente, te conviertes en el comerciante oficial del emperador del sur. Manejas el pedido de la corona para la coronación de reyes, que tendrá un valor de dos o trescientos mil lumione. Una vez que eres un comerciante de esa magnitud, puedes enviar cualquier tipo de bien a cualquier lugar de cualquier nación desde tu asiento, y eres recibido como un rey dondequiera que vayas. Tu trono de monedas de oro esta completo.”

Era el camino de oro que cada comerciante había soñado por lo menos una vez.

Lo que hizo esto absurdo fue el número de comerciantes que siguieron ese camino, sólo para que termine en la ley marcial.

Sin embargo, los comerciantes que utilizaron la fuerza en el camino hacia la ley marcial fueron tantos que incluso un dios omnipotente apenas podía contarlos.

Incluso si Eve tenía cierta idea de esto, no había forma de saber si las cosas iban a ir bien para ella.

Para obtener enormes ganancias a través del comercio a larga distancia, la embarcación tendría  que llegar a salvo al puerto-y eso era una hazaña.

Lawrence no podía contar con las dos manos el número de comerciantes que conocía personalmente que habían visto toda su fortuna, literalmente, desaparecer bajo las olas.

«Es como un camino de oro que lleva a una nación de oro», dijo Holo, entretenida. No está claro hasta qué punto de la historia de Lawrence se dio cuenta era fantástico, pero por su tono, parecía claro que entendía que era una fantasía. «Sin embargo, no parece ser muy frustrante que la entrada a ese camino te pase de largo.»

Lawrence, naturalmente asintió con la cabeza a sus palabras.

No era particularmente frustrante.

Después de todo, el camino que Lawrence deseaba recorrer no era el camino del oro.

Pero no podía dejar de pensar que si Holo estaba con él, él podría caminarlo.

Seguramente él podría llegar a esa montaña de joyas, a lo largo del camino de la avaricia que se arremolinaba con engaños y artimañas, desengañado por los demonios e indemne por los dioses del mal, empujando hacia adelante en cada oportunidad.

Sería una historia de aventuras digna del término y digna también de ser transmitida a través de los siglos.

Él y Holo podrían disputar una transacción de oro con un poderoso comerciante como su rival y negociarían con la familia real de una antigua nación sobre ovejas de pura raza. Podrían cruzar espadas con una armada pirata o ser traicionados por un subordinado de confianza.

Lawrence se preguntó cuán divertido serían tales aventuras con Holo a su lado.

Y sin embargo, por alguna razón, él tuvo la sensación de que Holo no quería saber nada de esto.

Así que él pregunto.

“¿No deseas caminar ese camino?”

Luciendo desinteresada, Holo efectivamente asintió. «Voy a tener que pasar de tus historias. Sería mejor que esas historias sean menos.”

Lawrence se echó a reír sin hacer ruido de su obstinación, ganándose una mirada de Holo.

Ella de seguro mentía al afirmar que deseaba que las historias sean pocas. Lo que ella quería que sean pocos eran los que contarían esas historias. Por ejemplo, si Lawrence ve a alguien triunfalmente hablando sobre la silueta dormida de Holo, ciertamente le guardaría rencor a dicha persona.

«En lugar de hablar de la ruta del oro, me gustaría oír de lo que hay más allá de este pueblo del ámbar.»

En vez de historias de aventura salvaje, ella quería historias de un viaje como el que habían tenido hasta el momento.

En cuanto a por qué ella quería oír algo así, la razón era obvia.

La sensación que había sentido al describir el delta del Kerube-cuando fue puesto en palabras, él la comprendió de inmediato.

Pero Lawrence sólo cerró la boca y sonrió débilmente, y sin decir nada, respondió lo que Holo le había pedido.

En el pueblo del ámbar, vendió los huesos y dientes de animales adquiridos en el norte y compró sal y arenque salado antes de dirigirse tierra adentro. Iba a pie, en carreta, aunque ocasionalmente viajaba con una caravana. Caminaba llanuras, cruzaba ríos, ascendía montañas, y vagaba por los bosques. Hubo lesiones y enfermedades. Lawrence se regocijaba al encontrarse con un comerciante que había escuchado estaba muerto y se reía de los rumores de su propia muerte.

Holo escuchó la historia con alegría, haciendo sus preguntas en voz baja, como si le gustaba oír hablar de las grandes extensiones de tierra que aún no había visto, a pesar de sus siglos. Como sorprendida por la frecuencia de incidentes divertidos.

E imaginándose a sí misma a lo largo del viaje, obviamente eso no es digno de ninguna mención en particular.

Finalmente, Lawrence hubiera llegado a las profundidades de las montañas y allí habría cambiado la sal por piel de marta-pero detuvo el relato antes de eso. Él sentía que decir más, sería una violación de la promesa tácita que compartían.

En cuanto a Holo, ella se había inclinado ociosamente contra de él y sostuvo su mano con la suya.

El viaje que Lawrence describió tomaría dos años en la realidad.

Quizás el cansancio del largo viaje que los dos habían realizado finalmente se hizo notar.

Después de intercambiar sal por la piel de marta en el pueblo de montaña, si Lawrence continuaba la historia, ¿qué aldea sería la próxima?

Los grandes campos de trigo. La ciudad portuaria. Si Lawrence continuaba, el círculo de los viajes se cerraría.

Pero Holo no insistió más.

Ella sabía que si hablaba, para presionarlo, este ambiente extrañamente de ensueño sería destruido.

Lawrence se preguntaba si Holo lamentaba el viaje. ¿O ella podía estar reflexionando sobre lo divertido que había sido?

Para Lawrence era ambos. Tenía remordimientos porque había sido tan divertido.

Su viaje no iría más al sur que Kerube. Tampoco tendrían que dirigirse hacia el oeste. Lo que había más allá de eso era un vasto mundo desconocido. A pesar de que realmente existe, era un mundo en el que nunca entrarían.

“En el principio era la palabra,” dijo Dios.

Y si el mundo hubiera sido creado por esas palabras-

Holo, que era conocida por algunos como un dios, ¿estaba tomando prestadas las palabras de Lawrence para crear un mundo temporal por su propia cuenta?

Lawrence, naturalmente, no le preguntó que esperaba lograr ella al hacerlo.

Holo había pasado cientos de años en los campos de trigo por sí misma. Estaba acostumbrada a jugar en un mundo inventado.

Pero mirando a la aturdida Holo, que estaba sentada inmóvil, Lawrence no pudo evitar preguntarse si ella realmente iba a estar bien por su cuenta después de que su viaje terminara.

De acuerdo con el libro en el pueblo de Tereo, la tierra natal de Holo había sido destruida.

Sería afortunado si después de tanto tiempo, los antiguos habitantes del lugar hubieran regresado.

¿Pero que si no lo hicieron?

Esto lo preocupaba a Lawrence.

Cuando se imaginaba a Holo, apática y sola en la luz de la luna de las frías montañas silenciosas, no parecía posible que pudiera salir adelante por su cuenta.

Sin duda sentiría ganas de aullar de vez en cuando, pero no habría nadie allí para responderle.

Pero si él ponía en palabras cualquiera de estos pensamientos, Lawrence sabía que su ira sería como un fuego ardiente, y era obvio que ella no iba a admitir nada de eso. Y lo que ella tenía que reconocer por sobre todo, era que no importaba que tanto intentara Lawrence, su soledad nunca sería aliviada.

Sería una mentira decir que Lawrence no se sentía impotente.

Sin embargo, él había considerado todo esto cuando había ido a recoger a Holo a la Compañía Delink.

Él habló con alegría forzada, era lo menos que podía hacer. «Entonces, ¿qué dices? No es un viaje especialmente emocionante, ¿no?»

Holo le dio a Lawrence una mirada indiferente y la fijó en él durante un tiempo.

Cuando ella por fin sonrió, pudo haber sido porque había visto algo pegado en el rostro de Lawrence.

Ella se levantó con un esfuerzo exagerado y habló como si fuera agobiante. «…Tienes razón. Sin embargo-»

“¿Sin embargo?”

La expresión que hizo Holo mientras miraba dubitativa sobre su hombro bien podría haber sido una especialidad de ella. «Como se trata de un viaje tan ordinario, podemos viajar a un ritmo pausado, de la mano, sin un exceso de suspenso.”

Una sonrisa maliciosa.

Pero cuya sonrisa maliciosa no fue de Holo.

Fue de Dios en el cielo cuya intención era mala.

Antes de que Lawrence pudiera decir nada, la expresión en el rostro de Holo desapareció, como si ella simplemente había estado disfrutando de una leve distracción. Ella dio vuelta una página y manifestó una leve exclamación. Cuando tomó con orgullo el papel con la mano y se lo mostró a Lawrence, no había ni una pizca de la emoción de hace un momento.

Un simple humano como Lawrence no podía lograr tal hazaña.

Y siendo un simple humano, le tomó a Lawrence un momento recuperar su compostura.

Holo sonrió con indulgencia y esperó.

Este era, en verdad, un viaje ordinario.

Y también tranquilo; Holo estaba lo suficientemente cerca que él podía estirarse y tocarla en cualquier momento que quisiera.

«Esto es de hecho de la Compañía Jean. Es una nota de sus exportaciones desde el verano pasado.”

«Hn.» Holo aspiró. Lawrence no pudo evitar sonreír ante su actitud orgullosa, como si hubiera descubierto un mapa del tesoro.

Él simplemente no podía igualarla ella.

«Y sí, parece que exportaron dieciséis cofres. Así que… no… ¿lo es…?»

Mientras Lawrence comparó el papel con otras listas de exportación, pronto se sumergió en sus pensamientos.

Una burbuja frágil de sueño se levantó en su mente; quería sellarla en el rincón más profundo.

Era un sueño muy dulce.

Lawrence no era tan ingenuo como para ser ignorante de la palabra corrupción.

«Bueno, date prisa y buscar más papeles», dijo Holo, repentinamente irritada, agarrando la oreja de Lawrence y arrastrándolo a la fuerza afuera de sus pensamientos.

Sorprendido, Lawrence agarró su oreja y miró el perfil de Holo mientras ella dejaba caer su mirada al papel que sostenía. De repente él se acordó de algo-de que ella se había ofrecido a ayudarle a buscar el nombre de la empresa en el montón de papeles porque ella quería que le prestara más atención.

Pero gracias su rígida expresión de rechazo, él no se atrevía a decir: «Vamos a descifrar esto juntos.»

Era extraño que lo que una vez fue un estado de ánimo tan delicado podría volverse de esta forma tan rápidamente.

El estado de ánimo de Holo cambia más rápido que el clima de montaña.

¿Él era simplemente lento? Lawrence se preguntó, pero luego se dijo a si mismo que esto era sólo el capricho del corazón de una doncella.

Aunque no estaba totalmente claro si ella era, de hecho, una doncella, añadió en silencio.

«¿Estos son todos ellos?”, preguntó Holo después de haber terminado de mirar a través de los papeles. Al final, ella había encontrado dos.

Combinado con lo que Lawrence había encontrado, había siete hojas en total.

Siempre y cuando no sea una empresa especialmente descuidada, documentos similares se dejan en lugares similares. Sea quien sea haya robado estos papeles de la compañía, agarró lo que estaba a su alcance, sin mirar detenidamente los contenidos.

Tal como Lawrence había supuesto, había una hoja de pedido y un memorando para el verano del año anterior y otra hoja para el invierno del año anterior a ese.

Y cada vez, ordenaban cincuenta y siete cofres de los proveedores de cobre y enviaban sesenta cofres de monedas de cobre hacia el reino de Winfiel.

Ya que Winfiel difícilmente importaría monedas gastadas de segunda mano, cada cofre habría contenido monedas recién acuñadas.

Esos tres cofres adicionales venían de algún lugar, pero no había documentos que indicaran de dónde.

«No parece como si hubiera algo concluyente aquí.»

«En realidad no. Pero incluso si el nombre de la compañía Jean no está en ellos, puede haber algunos documentos relacionados aquí.”

“Oh ho. Bueno, ¿continuamos?”

«Sin embargo, esto puede ser una prueba de que realmente están acuñando moneda ilegalmente», murmuró Lawrence para sí mismo, Holo impaciente a su lado.

Acuñar una gran suma sería fácil de notar, pero si sólo fuera un poco, la compañía podría salirse con la suya.

Alternativamente, podrían estar experimentando con el cobre como un preludio a la producción ilegal de monedas de oro.

Las posibilidades se amontaron en la imaginación de Lawrence-él pensó qué información necesitaría para probar cada hipótesis y que información le faltaba. Fue así como él se preguntaba si había una manera diferente de pensar por completo en ello cuando se dio cuenta de que Holo, todavía a su lado, obviamente estaba aburrida.

Holo inclinó la cabeza haciendo sonar su cuello, una expresión de mal humor en su cara. «¿En serio no vas a perseguir a esa zorra?»

Si es así, nunca lograras sacártela de encima, ella quería decir.

«…Si tienes alguna idea, deberías compartirla», dijo Lawrence.

Holo levantó las cejas, y luego con una expresión exasperada apoyó su codo en su rodilla y tomó su mentón con la mano. Tenía el aspecto de un jugador frustrado en una mala tirada de dados.

La tirada de Lawrence no había sido una buena idea, al parecer.

«Aye, siempre y cuando tengan algo que ver con enormes ganancias para vos.»

«…Y acabas de decir que no querías eso. Además-»

“¿Hmm?”

«No te importa usar la cabeza, ¿verdad? Es una manera de matar el tiempo», dijo Lawrence.

Los ojos de Holo se abrieron lo suficiente como para sorprender a Lawrence, y ella cerró la boca como si hubiera estado a punto de decir algo. Cerró los ojos, dobló el fajo de papel que sostenía, luego agarró los bordes de su capucha y la puso en su rostro.

«¿Q-qué pasa?» preguntó Lawrence a su pesar.

Sus orejas y cola se movieron ruidosamente. Cuando ella retiró sus manos de la capucha, sus ojos brillaban de furia.

Ante esos inmóviles e inquebrantables ojos, Lawrence no pudo evitar retroceder verbalmente. «… ¿P-por qué estás tan enojada?”

Sus ojos normalmente ambarinos parecían más bien como hierro al rojo vivo. «¿Enojada? ¿Enojada has dicho?»

Justo cuando Lawrence se dio cuenta de que realmente había despertado su ira, el vigor se drenó de su piel erizada tan rápido como había llegado.

Era como si un odre demasiado lleno de agua hubiera explotado.

Holo lo miró con ojos fantasmales, ahora tan desanimada que parecía que se había cansado en sólo un momento. «Vos… de todos modos apenas entenderías el por qué diría esto.»

Holo le dirigió una mirada de reojo y suspiró audiblemente.

Ella era como un maestro que había perdido la energía para estar enojado con un aprendiz del todo incompetente.

Y sin embargo, Lawrence tenía un pensamiento.

Ella está diciendo estas cosas porque está aburrida y quiere que yo le preste atención, pensó.

Sin embargo, él no dijo nada-no porque tenía miedo de que al decirlo la volviera aún más enojada, sino más bien porque Holo ya había visto a través de él y le enseñó los colmillos en señal de advertencia. «Harías bien en cuidar tus palabras.»

Cuando Lawrence había comenzado su aprendizaje con un maestro, lo que odiaba por sobre todo era que le hagan preguntas.

Si respondía mal, lo esposaban, y el silencio le ganaba una patada.

Es evidente que el pensamiento de Lawrence estaba equivocado.

Lo que significaba que la única alternativa era el silencio.

«¿De verdad no lo entiendes?»

Lawrence hurgó a través de sus recuerdos.

Se puso derecho a su pesar, y desvió la mirada.

“Está bien si no lo haces.”

Ante las palabras inesperadas, Lawrence volteo hacia ella. En ese punto, Holo añadió con una cara seria, «Pero no voy a hablar con vos hasta que lo hagas.»

“¿Qu-?” Antes de que Lawrence pudiera siquiera comenzar a preguntar por qué iba a hacer algo tan infantil, Holo se alejó de él, agarrando la manta que compartían y envolviéndola alrededor de sí misma.

Lawrence se quedó estupefacto.

Estuvo a punto de preguntarle si estaba bromeando, pero se detuvo en el último momento. Holo era tan terca como un niño. Si ella dijo que no hablaría con él, entonces ella no hablaría con él.

Sin embargo, esto era mejor que ser ignorado de repente. Ella se había tomado la molestia de declarar su intención, una táctica de alto nivel.

Involucrarse con sus palabras infantilmente provocativas sería indecoroso, e ignorarla en represalia sería aún más inmaduro. Y habiendo sido visiblemente perturbado por su declaración de que ya no le iba a hablar, él apenas podía recuperar el control.

Mirando hacia abajo a los papeles en su mano, Lawrence suspiró. Él había pensado que darle vueltas a este misterio sería suficientemente divertido, pero no parecía ser del agrado de Holo. Ella estaba lo suficientemente feliz como para examinar los papeles con él, así que ¿Qué era tan molesto sobre pensar las diversas posibilidades?

Por su parte, Lawrence imaginó que armar las diversas cosas sin sentido otra vez en sus mentes sería la parte más divertida. Por lo menos, Lawrence aprendería una cosa o dos, gracias a la mente de primer nivel de Holo.

O tal vez ella simplemente había aprendido que el pensamiento mal concebido llevaba a involucrarse en negocios peligrosos.

Lawrence no entendía la mente de Holo.

Él colocó los papeles de la Compañía Jean por encima de los otros papeles como un preludio a poner en orden.

Holo ni siquiera lo miró. Incluso para un comerciante, hábil en la comprensión de los estados de ánimo de los demás, Holo no era un desafío ordinario. Un terrible castigo aguardaba cualquier paso en falso.

Mientras Lawrence estaba pensando en ello, Holo de repente alzó la vista.

A pesar de que se había alejado de él, la cubierta del barco no era grande. Lawrence pronto se dio cuenta y siguió su mirada.

Ella estaba mirando río abajo.

Justo cuando él se preguntó si estaba preocupada por un barco que se dirigía río abajo por delante de ellos, oyó un sonido plopplop, como si algo se derramara.

Se dio cuenta de que en realidad era un caballo galopando y ese mismo caballo apareció a la vista, volando como una flecha a lo largo del camino que corría a un lado del río, y dirigiéndose río arriba.

«¿Qué es esto?» murmuró Lawrence, y cuando no hubo respuesta de Holo, él miró en su dirección, sólo para recordar que ella no iba a hablar con él.

Fue como un reflejo condicionado.

Él había planeado hacerlo pasar como que hablaba consigo mismo, pero no había manera de ocultarlo.

No hay duda de que ella se burlaría de esto más tarde.

Pensar sobre ello era deprimente, pero cuando él pensó en no haber podido resolver el problema, era un poco aterrador.

Holo emergió de la manta, sin prestarle la mínima atención a Lawrence, y ligeramente se acercó al muelle en el que el barco había atracado.

El galope del caballo se hizo más lento mientras se acercaba al muelle, y justo antes de que el animal se detuviera, su jinete desmontó. El hombre llevaba un manto envuelto alrededor de sus hombros, y por sus ropas, con una sola mirada era obvio que era un barquero. Él parecía conocer a Ragusa, por eso Ragusa y Col se acercaron al muelle para saludar al hombre. Sin intercambiar cortesías, Ragusa y el recién llegado pronto se hicieron preguntas y comenzaron una conversación.

Col no tenía manera de meterse, así que tal vez tratando de mantenerse fuera del camino, él cuidadosamente se alejo de los dos hombres y se quedó en el muelle.

Si hubiera sido Lawrence, él absolutamente habría intentado de espiar la conversación-así que la moderación de Col era loable.

Ya sea o no ella había hecho la misma estimación, Holo se acercó a Col y le susurró algo al oído.

Lawrence no podía oír lo que decían, por supuesto, pero Col miró a Holo, sorprendido, y luego a Lawrence, como si el tema de alguna manera lo involucrara.

En estas circunstancias, no podría ser nada agradable.

Holo susurró en el oído de Col de nuevo, y él asintió con seriedad.

Ella no miró ni una sola vez en la dirección de Lawrence.

A pesar de que él no estaba preocupado de que Holo desapareciera para siempre como en el pasado, eso sólo le dio un peor mal presentimiento sobre todo esto-porque Holo conocía todas las cartas en su mano.

Evidentemente los barqueros habían terminado su conversación con la velocidad característica, y Ragusa se volteo y llamó a Lawrence con un gesto de la mano.

Lawrence no pudo hacer nada y fue al muelle.

Holo estaba de pie junto al Col, sus manos unidas.

Los dos parecían más como hermanos que otra cosa, así que la vista no le molestó a Lawrence de la forma que lo hizo verla con Amati.

“¿Qué sucede?”

«Ah, mis disculpas. Parece que vamos a caminar un poco.»

«¿Caminar?» Lawrence le preguntó mientras el otro hombre, su asunto terminado, volvió a montar en su caballo y se dirigió río arriba.

«Parece ser que una gran embarcación ha encallado. Ahora todo el río está atascado. Todo el mundo fue tan codicioso en hacer pasar sus pieles, que no se dieron cuenta hasta que fue demasiado tarde, y sólo se comenzaron a acumular. Aparentemente ahora hay un barco hundido en el lecho del río, y no pueden encontrar barquero del barco hundido por ningún lugar, por lo que puede haber algún tipo de altercado.»

“Eso es…”

En tiempos de guerra o cuando un grupo de mercenarios se moría de hambre, atacaban los barcos mercantes de este modo.

Dadas las llanuras sin fin y de suave pendiente de esta región, el río era poco profundo y lo suficientemente angosto que podría volverse intransitable de un solo golpe.

Así que un solo barco podría fingir un accidente y naufragar, colocando a los barcos detrás de él en un punto muerto, con lo cual serían atacados. Naturalmente hacer tales cosas en tiempos de paz le traería a uno un monto incalculable de enemistad de los terratenientes que recaudaban los impuestos de la región.

Sin embargo, Lawrence podía pensar en una persona que era lo suficientemente imprudente como para hacerlo.

No había nada más que hacer que quitarse el sombrero y la capa y saludarlos.

Fue suficiente para que Lawrence realmente quiera animar a Eve.

«Entonces, ¿qué va a ser?», preguntó Ragusa.

Le estaba preguntando claramente si querían seguir hacia Kerube o no. No habían llegado a la mitad del camino de su destino-pero dicho esto, tampoco sería un paseíto hasta Lenos.

Si tuvieran un caballo sería diferente, pero los barqueros estaban más dispuestos a llevar mercancías que pasajeros.

«Afortunadamente, no hay noticia de mercenarios en la zona, así que las cosas deberían ser restauradas pronto. Pero los otros barcos cargados de mercancías se encuentran en un punto muerto. Aparte de los que están lo suficientemente desesperados como para saltar al agua y nadar hasta la orilla, no van a ir a ninguna parte. Si puedo descargar algunos de los productos de este barco, voy a tener un poco más de espacio, el cual quiero usar para transportar personas y mercancías de los barcos anclados hacia la orilla. Así que-lo siento, pero necesito que camine.”

Después de haberlos tomado a bordo, era increíblemente vergonzoso para un barquero pedirle a sus pasajeros desembarcar y caminar. Poco importaba si las circunstancias eran culpa suya o no.

Ragusa era un barquero que vivía dentro de ese sistema de valores, y su rostro se ensombreció.

«Soy un comerciante, por lo que si usted reduce su precio, voy a caminar todo lo que necesite.»

No era exactamente una amistad entre hombres de diferentes ocupaciones, pero no obstante Ragusa sonrió con tristeza y estrechó la mano de Lawrence.

El problema era Holo, pero antes de que Lawrence pudiera voltear hacia ella, Ragusa siguió hablando. «Aún así, no puedo forzar una doncella a caminar en este frío sin ningún tipo de preparación. He oído que hay algunos compañeros bastante desanimados en ese río. Si una chica que se puede confundir con una diosa viaja conmigo, estoy seguro de que recuperaran su espíritu.”

Lawrence estaba un poco aliviado.

Su estómago dolía ante la mera idea de caminar en silencio junto con una Holo poco cooperativa, e incluso si ella hubiera estado feliz, caminar con este frío seguramente le habría provocado disgusto.

«Entonces», dijo Ragusa, «en ese caso, primero voy a tener que descargar la mercadería.»

“Voy a ayudar.”

«Oiga, eso lo hace sonar como si estuviera tratando de conseguir que me ayude.» Sonrió Ragusa.

Lawrence no pudo evitar impresionarse- ahora casi no podía negarse a ayudarle.

«Dije ‘descargar’, pero en realidad es sólo el trigo y los frijoles. Los cofres se quedan donde están.»

«¿Empezamos entonces?», dijo Lawrence, mirando hacia la carga en el barco.

«Aye, ¡hagámoslo!» gritó Ragusa. «Por cierto, no pude evitar escuchar su divertida pequeña charla de antes.»

«¿Qu-?» Su conversación con Holo había sido tan vergonzosa que Lawrence se puso muy nervioso de repente.

«Ah, ¡no se preocupe! No he oído nada de qué preocuparse», dijo Ragusa con una tímida sonrisa. «Escuche sobre la moneda eni.”

“¿Eni?”

«Aye. Lo que pasa es que eso es lo que llevo en este momento.”

Lawrence se había preguntado si esos cofres contenían monedas, pero esto de hecho era una coincidencia.

Era eso, o Ragusa le estaba tomando el pelo, divirtiéndose un poco a costa de Lawrence-pero cuando Lawrence pensó en ello, eso parecía improbable.

Si los cofres hubieran contenido oro o una moneda de plata, habrían sido custodiados por guardias, y a un comerciante como Lawrence jamás se le habría permitido viajar en el mismo barco.

Y el barco de Ragusa estaba cargado por completo con diez cofres. Si en total cincuenta y siete cofres se dirigían río abajo, eso significaba que se necesitarían aproximadamente otros cuatro barcos de este tamaño.

Y debido a que su carga habría sido decidida de antemano, sería difícil para ellos cargar pieles para una ganancia rápida. Así que habrían sido amarrados en el puerto, como de costumbre, lo que habría hecho más probable que los ojos de Lawrence cayeran sobre uno de ellos.

Todo esto era lógico-y si era así, entonces Ragusa podría tener algo de información nueva.

Lawrence miró a Ragusa con su ojo de comerciante, y parecía que Ragusa estaba esperando esto.

Ragusa sugirió con un guiño que primero descargaran la carga, haciéndole señas a Col y a Holo (que había estado escuchando la conversación) para que ayudaran, luego puso su mano sobre el hombro de Lawrence y se le acercó con su cara de complicidad. «Yo mismo tengo un poco de interés en el asunto. Desde hace dos años, esa misma moneda de cobre se ha movido en un día fijo, en una cantidad fija-cincuenta y siete cofres, río abajo, a la Compañía Jean, pero nunca había pensado mucho en el número de cofres que eran en total . Eran cincuenta y siete cofres, divididos en una cierta cantidad, luego llevados río abajo.»

Holo le traía a Col un poco de comida, agua y vino y dándole su otra túnica para que use-la costosa que ella había hecho con el dinero de Lawrence.

Sorprendido, Col intentó negarse, pero al final, se vio obligado a ponérsela.

Col ciertamente parecía un poco desharrapado.

Él parecía tener algunos problemas caminando en la túnica; tal vez era su primera vez vistiendo ropa larga.

«Esos cincuenta y siete cofres se convierten en sesenta cuando salen de la Compañía Jean, lo que significa que alguien está llevando más en secreto, o que la Compañía Jean está tramando algo.»

Volviendo al barco, Ragusa abordó con paso ligero y levantó un saco de trigo, el cual Lawrence tomó y dejó en el muelle.

Col vio esto y rápidamente sacó los sacos de frijoles, los cuales podía llevar.

La buena disposición del niño a trabajar duro impresiono a Lawrence, pero se preguntó si Col sólo estaba tratando de espiar la conversación entre él y Ragusa.

«Aprecio que la Compañía Jean siempre me de esta carga, y yo confío en mis compañeros barqueros que hacen el mismo trabajo. Pero es estos tiempos, seguramente Dios nos perdone por estar obligados a hacernos cargo de un mal compañero, ¿no?»

Lawrence no era Col, pero él sin duda todavía podría ser engañado.

«Por supuesto, es demasiado pronto para tomar ese papel e ir a la Compañía Jean, pero uno de los cofres es una tarifa de transporte justo. Si esto resulta ser el punto débil de la Compañía Jean, estaríamos en un aprieto.”

Era el problema que enfrentaban todos los que aceptan un trabajo.

Lawrence tomó el último saco de trigo de Ragusa, lo apiló hacia arriba en el muelle, y luego respondió, «No tengo intención de tratar de exponer la verdad de la situación. Estoy muy satisfecho si puedo construir con seguridad este castillo de naipes.”

«Entonces estoy seguro de que puedo dejar pasar los desvaríos de un comerciante ambulante-incluso si tienen cierto sentido», dijo Ragusa con una sonrisa.

Para Ragusa y sus compañeros, que trabajarían en el río toda su vida, la felicidad de sus clientes era una cuestión de suma importancia. Y sin embargo, se ven obligados a trabajar con un compañero extraño que podría hacerlos hundir literalmente. Ellos querrían saber la verdad, por lo menos, pero el mundo de los que viajan por el río es uno pequeño, y no podían permitirse el lujo de murmurar entre sí. Sin embargo, un comerciante ambulante de más allá de ese mundo-eso era diferente.

Lawrence se preguntó si estaba pensando demasiado las cosas, pero esto era por lo menos cercano a la verdad.

Col tomó las cosas de Holo de ella y, sin ser preguntado, las añadió con las de él, hombreando la carga combinada.

Al darse cuenta de la mirada de Lawrence, él miró en la dirección de Lawrence, pero Lawrence sólo movió ligeramente la mano e hizo un gesto para que él siga adelante.

«Bien, entonces, encárguese de mi compañera-trate de evitar que sea demasiado impresionante, ¿eh?»

«Ja-ja-ja. No puedo permitir que consiga más seguidores, después de todo. No se preocupe, no está demasiado lejos a pie. Seguramente nos reuniremos para el anochecer.”

Lawrence asintió con la cabeza, luego miró a Holo, pero ella ya estaba acostada, acurrucada en su manta.

Mientras él miraba su silueta dormida, él muy profundamente agradeció que había más de una manera de pelear.

Deja un comentario