Spice and Wolf volumen 6 capítulo 2

El nombre del chico evidentemente era Tote Col.

Luego de que el chico tomara una pequeña siesta, el estomago de Holo comenzó a gruñir, así que Lawrence les entrego algo de pan, el cual Col comió cautelosamente,  como un perro salvaje.

Pero sus gestos no eran muy desaliñados, lo que lo hacía parecer más como un perro abandonado que uno salvaje.

“Bien, ¿cuánto pagaste por estos papeles?”

Col no compro solo uno o dos falsificaciones del comerciante en sus viajes; en su raída mochila, él tenía suficiente para hacer un libro.

Comiendo el pedazo de pan de centeno del tamaño de un puño en dos bocados, Col respondió brevemente: «Un trenni… y ocho lute»

El hecho de que él murmuró esas palabras de tan mala gana no tenía nada que ver con el pan su boca.

Dada su apariencia, el recuerdo de haber pagado más de un trenni completo debió haber sido bastante frustrante.

“Esa es una inversión grande… ¿El vendedor ambulante al que se los compraste lucia tan impresionante?”

Fue Ragusa el que contesto la pregunta de Lawrence. “Para nada. Estaba vestido en harapos y sin un brazo derecho.”

Col lo miro y asintió con la cabeza, sorprendido.

“Él el famoso por aquí”, dijo Ragusa. “Camina por los alrededores vendiendo sus papeles. Apuesto que él te dijo algo como esto, ¿aye? ‘Mira este muñón mío-he arriesgado todo para conseguir estos papeles, pero no me queda mucho tiempo. Estoy pensando en regresar a casa, así que te los voy a vender a ti.’”

Los ojos de Col estaban vidriosos-debió haber sido lo mismo que le habían dicho casi palabra por palabra.

Los estafadores generalmente tenían un aprendiz con ellos, y tales líneas se pasaban de maestro a aprendiz.

En cuanto a la falta del brazo derecho del hombre, eso sugería que alguna vez había sido capturado por un agente de policía en algún lugar, y tomó su brazo como castigo.

Un ladrón que robaba dinero perdía un dedo, pero para un estafador que robaba confianza-era un brazo. Un asesino que tomaba la vida de alguien perdía su cabeza. Si el delito era especialmente atroz, la horca era evidentemente peor que la decapitación.

En cualquier caso, el chico se desplomo y miró hacia abajo, la ignominia de haber sido engañado por un estafador cuya falta de credibilidad era conocida, añadía sal a la herida.

“¿Aunque puedes leer?” preguntó Lawrence mientras miraba las falsificaciones.

“Un poco…” fue la respuesta no muy segura.

“Más de la mitad de estos ni siquiera son falsificaciones.”

“¿…A q-que se refiere, señor?”

Lawrence se vio un poco impresionado por los buenos modales de Col. Tal vez si haya trabajado para un respetable maestro alguna vez. El encuentro de Lawrence y Col habiendo sido lo que fue, fue un poco sorprendente.

La expresión de Col era una de total derrota; difícilmente podía haber lucido mas deprimido de que lo hacía.

Tal vez sintiéndose mal por él, Holo-que estaba sentada al lado del chico-le ofreció un poco más de pan.

“La mayoría de estos documentos fueron robados de alguna empresa comercial de algún lado. Mira aquí, incluso hay avisos de envíos de pago”, dijo Lawrence, entregándole las hojas a Holo-aunque Holo podía leer, ella no sabía sobre los avisos de pago.

Ella inclino la cabeza, pero cuando trató de mostrárselos a Col, él sacudió la cabeza.

Tal vez le dolía demasiado el mirar a su propio fracaso.

“Si esta es la clase de cosas que compraste, yo las vendo todo el tiempo. Estos papeles en si no son buenos para ganar dinero, pero son buenos para conseguir unas risas entres los comerciantes. Ellos han sido robados de alguna empresa comercial de algún lado y fueron pasados de un comerciante a otro desde entonces”, dijo Lawrence.

“Uno de mis clientes también fue engañado con ellos”, agregó Ragusa mientras alejaba la proa del bote de una de las rocas del río.

“¿Quién robaría esto? preguntó Holo.

“Por lo general, un aprendiz en la empresa que se cansó de ser obligado a trabajar hasta el cansancio-ellos los agarran en su escapatoria como pieza final de pago. Las empresas rivales pagan un precio decente por la información que contienen, y por supuesto, también hay estafadores que los compran. Es un consejo que se pasa de un joven aprendiz a otro. Si tomas dinero, la compañía vendrá tras de ti en serio. Pero con algo como esto, la empresa tiene que considerar su reputación, así que es más difícil para ellas dar persecución.”

“¿Huh?”

“Considera como luciría que una empresa busque como loca una copia de su libro de contabilidad-la gente pensaría que había algo extraordinario en ese libro, ¿no es así? Y eso es malo para los negocios.”

Holo asintió con la cabeza, impresionada por este punto de vista que no había considerado.

Lawrence hojeó página tras página mientras hablaba pero él parecía encontrarlas realmente interesantes.

No todos los días uno podía ver fácilmente lo que tales empresas habían ordenado. Que bienes de que negocio en que ciudad.

Aunque la situación de Col era un triste.

“Sabes lo que dicen, ‘La ignorancia es un pecado.’ ¿Qué dices muchacho?-no tienes dinero de todos modos, ¿así que tal si compro estos a cambio de tu comida y el viaje?”

Las cejas del chico se movieron en sorpresa, pero él no miro hacia arriba, sino que siguió mirando la pared interior del bote.

Sin duda estaba haciendo algunos calculos en su cabeza.

Puede haber algo genuino oculto en algún lugar de ese fajo de papeles, o las páginas podrían ser todas inútiles, pero si dejaba pasar esta oportunidad él nunca volvería a encontrar a alguien dispuesto a negociar por ellos. Sin embargo-él había pagado más de un trenni por el conjunto de ellos…

Tal como Holo solía alardear sobre su habilidad de ver a través de las intenciones de Lawrence, Lawrence estaba confiado en su habilidad para calcular la ganancia-perdida.

Sin embargo, a diferencia de Holo, eso no provenía de la capacidad de discernir los cambios más sutiles en la expresión de las personas, sino más bien de su larga experiencia como comerciante.

“¿P-por cuánto?” preguntó Col.

Como si llevara algo de rencor, él miró detenidamente a Lawrence, tal vez porque sentía que si él mostraba falta de confianza, el precio sería reducido.

Su esfuerzo era bastante encantador, y Lawrence tuvo que esforzarse para no reírse de ello; él tosió y se calmó. «Diez lute

“…” La cara de Col se retorció, y respiró hondo antes de contestar. «E-eso es muy poco.»

“Ya veo. Quédatelos entonces”, respondió Lawrence de inmediato, devolviéndole el fajo a Col.

Lo poca vitalidad que Col había reunido fue drenada inmediatamente de su rostro.

Su decepción mostrada tan claramente le daba un aspecto harapiento y gastado.

Col se mordió los labios mientras miraba entre el montón de papeles y Lawrence.

Su terquedad en tratar de vender los papeles por un poco más había reducido sus ganancias a cero. Esa misma máscara testaruda sería ahora un obstáculo si quería pedir más.

Eso era de seguro lo que estaba pensando.

Cuando se calmó un poco, vio las sonrisas indulgentes de Holo y Ragusa y se debió haber dado cuenta de que estaba mostrando su debilidad que le permita una vía de escape.

Un comerciante tiraría todo su orgullo si eso traía ganancias.

Por supuesto, Col no era un comerciante, y aun era joven.

Lawrence sacó el fajo de papeles, rascándose el mentón con la esquina del montón. «Veinte lute, entonces. No puedo subir más. »

Los ojos de Col se abrieron, como si su rostro acababa de romper la superficie del agua, pero él inmediatamente miró hacia abajo.

Su alivio era evidente, como también su deseo de ocultarlo.

Lawrence miró a Holo, quien le enseñó los colmillos, como diciendo: «No te burles demasiado  del chico.»

“Acepto su oferta…” dijo Col.

«Sin embargo eso no es suficiente para hacer todo el camino hasta Kerube. Tendremos que dejarte en el camino, o si no…» Lawrence miró de reojo al barquero bondadoso que había estado disfrutando las actuaciones hasta el momento.

«Ah, supongo que está bien», dijo Ragusa con una risa, entendiendo la intención de Lawrence. «Habrá trabajos en el camino. Dame una mano, y estoy seguro que con eso bastara.»

Col miró a su alrededor como un cachorro perdido, luego asintió con la cabeza titubeantemente.


Los puestos de control de peaje a lo largo del río eran tan comunes que eran una molestia.

Todo lo que necesitas para recaudar algo de dinero era la capacidad de detener el tráfico de barcos, por lo que era comprensible- pero sin ellos, el viaje habría sido el doble de rápido.

Peor aún, los terratenientes más ricos podían darse el lujo de construir puestos de control que conectan las carreteras terrestres a ambos lados del río, que luego se convertirán en lugares donde los barcos pueden cargar y descargar mercaderías.

Pronto la gente se reunía para vender comida y bebida a los barqueros, y el puesto de control tomaba el aspecto de una posada al lado de la ruta, y muchos de ellos habían llegado a ser ciudades en miniatura en su propio derecho.

Todo esto redujo el tráfico fluvial, e incluso hubo momentos cuando caminar habría sido más rápido.

Ragusa intentaba hacerse paso entre todos los botes con el suyo, pero él no podía hacer nada en contra de los que transportaban pieles.

Los comerciantes de pieles necesitaban alcanzar Kerube tan pronto como les sea posible y les darían tanto dinero a los cobradores de peaje que los recolectores apenas podían quejarse, y a pesar del estrecho río y la habilidad de Ragusa, su barco era sobrepasado.

«Nunca alcanzaremos a la zorra de esta manera…»

Ellos fueron detenidos en el último de los quien sabe cuántos puestos de control, donde Ragusa evidentemente tenía alguna cita tenía que mantener.

Él de inmediato se puso a hablar con un comerciante que se acercaba, y llamando a Col, él comenzó a mover la carga.

Así fue que un barco pasaba y luego otro; Holo estaba apoyada en Lawrence mientras ella dormía la siesta, pero abrió los ojos y vio a los barcos y murmuró vagamente.

Desde abordar el barco, Holo había estado excesivamente somnolienta, por lo que Lawrence se preguntaba si se sentía mal, pero luego se acordó de cómo ella había llorado cuando él había ido a buscarla cuando fue retenida como garantía por la Compañía Delink.

Habían pasado muchos años desde que Lawrence había llorado, por lo que se le había olvidado-llorar tomaba una sorprendente cantidad de energía.

«Aún así, es más rápido que una carreta”, respondió Lawrence vagamente mientras miraba a través de los papeles que había comprado de Col.

“Eso me pregunto”, dijo Holo.

El barco que oscila comenzó a sentirse como una cuna.

Las olas del océano podrían fácilmente enfermar a uno, pero el movimiento suave del río era más bien favorable para la siesta y estaba lejos de ser desagradable.

«Ese chico, él es muy serio.»

“¿Hmm? Oh, sí.”

Holo observaba a Col mover carga en el muelle.

Tal como ella dijo, Col estaba siguiendo las instrucciones de Ragusa sin quejarse mientras ayudaba en la preparación de mercancías para el envío. Él no podía llevar las grandes bolsas llenas de trigo desde el bote de Ragusa, así que en lugar de eso, llevó bolsas más pequeñas a bordo, las cuales parecían estar llenas de una especie de legumbre.

Viéndolo trabajar ahora, Lawrence apenas podía imaginar que este era el mismo chico que lo había llamado «Maestro» mientras se aferraba al último hilo de esperanza.

Los humanos eran capaces de hazañas increíbles cuando se los presionaba.

«Oh, cierto, para ser engañado de la forma que fue, tendría que ser serio.»

Dada la cantidad insignificante de un trenni y ocho lute, Lawrence imaginó que Col había sido engañado por todo lo que tenía.

La mayoría de las personas que eran estafadas eran bastante serias, ya sean codiciosas o no. Ellas nunca imaginarían que el cuento que les dijeron era una mentira.

«He oído decir que mientras más serio sea el hombre, más fácil se convierte en un blanco.» Holo estaba de nuevo en plena forma.

Lawrence escapó a su montón de papeles.

“Jeje. Bien, ¿has encontrado algo de interés?”

«…Un par de cosas, supongo.»

«Hmph. ¿Por ejemplo?» preguntó Holo mientras casualmente miró hacia el muelle, a lo cual algo pareció sorprenderla.

Lawrence siguió su mirada y vio a una mula cargada tan pesadamente que parecía al borde del colapso.

Ragusa y Col habían estado cargando mercancías a bordo de la mula de este comerciante viajero.

Su reacción era un poco un acto, pero Holo hizo una mueca como si simpatizara con la bestia.

«Por ejemplo, aquí. Una orden de monedas de cobre.”

«¿Monedas… de cobre? ¿Por qué alguien compraría dinero de todas las cosas? ¿Hay todavía algunos que juegan con esa maquinación de antes?»

«No, esto es sólo porque las necesitan. Ellos han pagado un poco por encima del precio de mercado, mira. ‘Como de costumbre, los costos de transporte y aranceles son la responsabilidad del comprador.’ Esta es una prueba de que es una compra regular.”

«Hmm… espera un momento. Siento que recuerdo haber escuchado algo. ¿Por qué harían eso…? Creo recordar…» Holo cerró los ojos mientras arrugas aparecían en su frente.

A parte de la especulación, había varias razones para comprar divisas.

Pero en el caso de las monedas de cobre de bajo valor registradas en la hoja, sólo había una.

Holo miró hacia arriba y sonrió. «Lo tengo. ¡Es para el cambio pequeño!»

«Oh ho, has estado prestando atención.»

Holo se enorgulleció y sonrió al elogio de Lawrence.

«De hecho», continuó Lawrence. «Estas están siendo importadas específicamente para ser utilizadas como cambio. Si alguien viene a comprar, y no tienes cambio listo, no vas a hacer buenos negocios. Los viajeros toman constantemente cambio pequeño de una ciudad. Esta moneda está probablemente cruzando el canal hacia Kerube. La isla reino de Winfiel está en el otro lado del canal, y es famoso por ser corto en divisas. Es por eso que la moneda que circula de esta forma se llama ‘moneda rata.’ »

Holo lo miró sin comprender.

Algo en su rostro hizo que Lawrence quiera tocarle la nariz con el dedo.

«Cuando la guerra es inminente o la situación de un país es inestable, los viajeros y el flujo de dinero de la región, huyen como ratas de un barco hundiéndose, de ahí el término».

«Ya veo. Una expresión bastante acertada.»

«Así es, me gustaría conocer a quien la inventó… ¿hmm?»

Mientras él continuó leyendo el papel en cuestión, Lawrence dejó de hablar cuando sus ojos se fijaron en algo.

Él sintió como si hubiera visto el nombre de la empresa en alguna parte.

Un pequeño grito llegó desde la dirección del muelle mientras Lawrence trataba de recordar por qué el nombre le resultaba familiar.

Cuando levantó la vista, vio a Col a punto de caerse desde el borde- pero afortunadamente evitó ahogarse porque Ragusa lo agarró por el cuello y lo levantó; él colgaba allí como un gatito indefenso.

Lo que Lawrence escuchó a continuación eran voces riéndose y lo que vio fue la tímida sonrisa de Col.

No parecía un mal tipo.

El buen ojo de Holo para la gente parecía haber sido ser fiable una vez más.

«¿Y? ¿Qué pasa?» preguntó ella.

«¿Hmm? Ah, sí, el nombre de la empresa que está escrito aquí… Siento como si yo lo hubiera visto en alguna parte. Tal vez fue en algún lugar de estos documentos.»

Mientras Lawrence los hojeaba, el barco de repente se hundió.

Ragusa y Col habían terminado su trabajo y regresaron a la embarcación.

«Bien hecho. Eres bastante trabajador”, le dijo Holo a Col, que había regresado a la proa de la embarcación, y su rostro rígido se suavizó un poco.

Probablemente era un muchacho tranquilo por naturaleza, pero parecía haberse dado cuenta de Lawrence hojeando el montón de papeles, como si buscara algo.

El rostro de Col mostraba curiosidad al ver a Lawrence.

«Desafortunadamente, no hay nada que valga dinero aquí”, dijo Lawrence sin levantar la vista; él  sintió al muchacho estremecerse.

Holo sonrió ligeramente, golpeando a Lawrence en el hombro como diciendo: «No te burles de él.»

Sin embargo, Lawrence entendía las esperanzas del chico.

Él mismo se vio una vez engañado por algo similar.

“Ah, aquí estamos.”

“¿Oh?”

Lawrence sacó una hoja de papel.

Todavía estaba limpia, y la escritura era prolija.

Su fecha era de hace alrededor un año y parecía ser una anotación de los diversos productos que la compañía había cargado a bordo de un barco. Si había omisiones en los registros cuando se ingresaban a los libros, no podían ser modificados, por lo que esto funcionaba como una especie de borrador. Así que, la lista de aquí no habría sido diferente de lo que se anotó en realidad en los libros, e incluía descripciones claras por escrito de los bienes, sus valores y sus destinos.

Las redes de información de las empresas de este tipo, aunque no estrictamente en todo el mundo, les traían informes de las sucursales distantes y aliados, y cuando a todo eso se añaden noticias de fuentes locales, eran como una montaña de joyas para un comerciante independiente.

Mirando la lista de los bienes que dicha empresa estaba enviando a ciudades distantes fue como mirar en un espejo reflejando la información que esa empresa ​había reunido.

Por supuesto, uno tenía que saber interpretar esos conocimientos.

«Por eso es que esto no tiene ningún valor monetario.»

«Er, um, quiero decir-» Col había estado haciendo agujeros con la mirada en la bolsa de monedas de Lawrence, pero nervioso, él miró hacia otro lado.

Lawrence sonrió, se puso de pie y le tendió la mano. «Ten.”

Col miró inquisitivamente a Lawrence, luego volvió sus ojos al papel.

«¿Ves? Dice ‘Escrito por Ted Reynolds de la Compañía Jean.’»

El balanceo del barco hacia difícil el leer, así que a pesar del frío, Lawrence salió de debajo de la cobija y se sentó junto a Col. El muchacho miró a Lawrence con temor, pero su interés parecía estar con el papel.

«¿Qué más?» él miro a Lawrence infantilmente, sus ojos de un azul brumoso.

«El destino es una isla más allá del canal de Kerube, río abajo. Se llama el reino de Winfiel. Ah, además- esta es la casa de la zorra.» Estas últimas palabras fueron dirigidas a Holo.

Lawrence podía ver las orejas de Holo moviéndose bajo su capucha.

Incluso si ella no tenía intención de perseguir a la mujer, Holo no parecía albergar ningún sentimiento cálido hacia ella, tampoco.

«De todos modos, este es un memo de una variedad de diferentes productos recogidos en el puerto de Kerube que serán vendidos a otra empresa-el nombre no está aquí-en Winfiel. Estos son los bienes. ¿Los puedes leer?»

A la pregunta de si sabía o no leer, Col respondió: «Un poco.”

Él entrecerró los ojos como si su vista fuera mala, mirando fijamente las palabras escritas en la página.

Su boca parecía pegada por un momento, pero al fin se abrió. «…Cera, botellas de vidrio, libros… ¿con hebilla? Chapa de hierro… er… estaño, orfebrería. Y… ¿ah, nee-?»

Eni. Es una tipo de moneda.”

“¿Emi?”

“Casi. Eres bastante bueno.”

Antes, cuando era un aprendiz, Lawrence nunca había sido más feliz que cuando su maestro lo elogió y revolvió su cabello. Reconoció que no era tan bruto como su maestro había sido, por lo que acarició la cabeza de Col un poco más suave de como su maestro lo habría hecho.

Col agachó la cabeza, sorprendido, luego sonrió tímidamente.

«Al lado de los nombres de los productos están las cantidades y los precios. Desafortunadamente, no podemos agitar esto en lo alto y esperar que alguien nos dé dinero por él. Sin embargo sería una historia diferente si hubiera evidencia de contrabando en él.»

“¿No hay ninguna?”

«Por desgracia no. Siempre y cuando no escriban: ‘Estos son productos de contrabando’ no hay forma de saberlo. A menos que estén trayendo algo obviamente prohibido.”

«Ya veo…”, dijo Col con una inclinación de cabeza, mirando de nuevo el papel. «Er, entonces…

“¿Si?”

“¿Qué hay con este papel?”

Sin duda él quería saber por qué Lawrence había ido en busca de esta una hoja en particular.

«Oh, en otra hoja había un registro de un pedido de monedas de cobre, y esta fue la compañía que realizó el pedido. A pesar de que están hechas del otro lado del mar, aquí en el territorio de Ploania, son una moneda de cobre que se utiliza sobre todo en Winfiel como cambio pequeño…»

Mientras Lawrence hablaba, una extraña sensación se apoderó de él.

Miró hacia arriba, luego se levantó.

Frente a él, Holo había estado hojeando vagamente el manojo, pero ahora ella lo miró con sorpresa. «¿Qué sucede?»

«¿Dónde está el papel de antes?»

“Mm. Aquí esta.”

Holo agarra una página provocando un crujido, entregándosela a Lawrence.

Sosteniendo el memorando en su mano derecha, Lawrence tomó la hoja de pedido de Holo con la izquierda.

Cuando alterno la mirada entre los dos, se dio cuenta de la fuente de la extraña sensación.

Los dos documentos fueron fechados alrededor de dos meses de diferencia. La compañía era la misma.

Las monedas de cobre que habían sido compradas en la hoja de la mano izquierda, se habían exportado en el memo de la derecha.

«Oh ho. Una coincidencia interesante, de hecho”, dijo Holo, su interés se despertó mientras miraba los papeles que Lawrence sostenía; frente a ella, Col tímidamente trató de ver por sí mismo.

Ya que el supuesto estafador sin cómplices operaba en esta zona, entonces él habría conseguido estos papeles pertenecientes a una empresa comercial en alguna parte a lo largo del río Roam.

Por coincidencia, había reunido pedidos y ventas de río arriba y río abajo.

Pero lo que dio a Lawrence esa sensación extraña no era la coincidencia.

Nadie estaba más obsesionado con los números que un comerciante.

Sólo un adivino era igualmente así.

«Pero los números no cuadran”, dijo Lawrence.

«¿Hmm?» respondió Holo. Col se acercó más-evidentemente su vista realmente no era muy buena.

«Aquí dice que compraron cincuenta y siete cajas, pero la exportación fue de sesenta. Esas son tres más.»

«¿Hay algo de malo en eso?»

Lawrence puso las dos hojas de papel en la cubierta y señaló los puntos relevantes, pero Holo y Col por igual, parecían desconcertados.

«Bueno, quiero decir… con el dinero, para quien lo hace, mientras más crea, mayor beneficio. Pero debido a que hay mucho beneficio en ello, la cantidad que pueden emitir está estrictamente limitada. Si ‘el dinero es la raíz de todo mal’, como ellos dicen, entonces eso va doble para la creación de dinero. La tentación es muy fuerte. Así que normalmente, son muy cuidadosos en hacer sólo tanto como se ordena.»

«Pero ellos pueden o no enviar todo el dinero que tienen a mano. Si el destino es a través del mar y el barco es inestable, puede ser que tengan que enviar menos de la cantidad habitual. Así que añadieron el resto allí.»

No era una mala idea, pero que quedaran solo tres cofres-era difícil de imaginar.

En cualquier caso, Lawrence sabía que probablemente haya algún tipo de circunstancia atenuante que explicará la discrepancia.

Era natural que un comerciante sospechara cuando se enfrentaba a un fenómeno extraño.

«Bueno, eso puede ser así, pero a lo que se reduce es a una cuestión de creencias. Simplemente creo que hay algo extraño aquí.”

Holo apretó los labios y se encogió de hombros. «¿Y que son estos cofres, entonces? ¿Qué tienen que ver los cofres con los recuentos de monedas?»

Lawrence estaba a punto de preguntarle a Holo si ella estaba bromeando cuando vio a Col asentir con la cabeza, evidentemente también confundido.

Atrapado entre sus miradas confundidas, Lawrence fue ligeramente desconcertado-hasta que se dio cuenta de que se había olvidado que el sentido común de un comerciante no era como el del resto del mundo.

«Básicamente, uno no lleva una gran cantidad de monedas tintineando en una bolsa. Se tarda demasiado tiempo en contar.”

«Tus bromas son listas”, dijo Holo ligeramente, provocando una sonrisa en Col; sus miradas se cruzaron.

La sabiduría de un comerciante nacía de la experiencia.

Y gran parte de esa sabiduría era contraria al sentido común.

«Supongamos que necesitas transportar diez mil monedas. ¿Cuánto tiempo crees que tomará contar las monedas? Si las mezclaste todas en un saco, hay que sacarlas, recogerlas una a la vez, luego ponerlas en fila y contarlas. Para una persona, eso es sin duda medio día de trabajo.”

“Entonces usa diez personas.”

«Cierto. Pero cuando se trata de preocuparse por los ladrones, es peor con dos personas que con una, y aun peor con tres. Si sólo una persona está haciendo el recuento y el recuento sale mal, sólo tienes que dudar de una persona. Pero con diez, habría que sospechar de todos ellos, y habría la necesidad de un puesto de observación para que no se roben nada. Eso no es negocio para nada.”

«Mm”, dijo Holo con un movimiento de cabeza; Col inclino la cabeza con curiosidad.

Parecían no entender la ventaja de un cofre. «Además, puede que no notes que un saco ha sido robado en el viaje.»

«¿Pero no es lo mismo con un cofre?»

«¡…Oh! ¡Ya veo!» los ojos de Col brillaron mientras levantó la mano con entusiasmo.

Luego pareció darse cuenta de que acababa de levantar la mano sin pensar y lo bajó a toda prisa, como si tratara de ocultar un error.

Holo inclino la cabeza con curiosidad, pero en cuanto a Lawrence, ver las acciones del chico fue una sorpresa.

Él actuó tal cual como un estudiante.

“¿Eres un estudiante?” pregunto él.

Sin duda hubiera explicado la curiosidad del chico, su extrañamente educada habla, y su sorprendente conocimiento profundo de las cosas.

Sin embargo, Col evitó la pregunta. Cuando hace un momento había parecido finalmente abrirse por completo, esa expresión desapareció, y él se alejó de Lawrence, el miedo escrito con grandes letras en su rostro.

Lawrence se quedó estupefacto-pero por supuesto, él sabía la razón de esta reacción.

Se calmó y sonrió. «Sólo soy un simple mercader ambulante. Está bien, muchacho.”

Col tembló, y Lawrence sonrió.

Holo alterno la mirada entre los dos, confundida, pero parecía más o menos entender la situación.

«Hmph”, murmuró, y luego se acercó a Col, que no podía retroceder más lejos porque sino se encontraría a sí mismo en el río. Ella extendió la mano hacia él.

«Mi compañero es un comerciante codicioso, pero también es tan bondadoso que no sé qué hacer con él. No necesitas tener miedo.”

Esa misma sonrisa tenía un valor muy diferente cuando era usada por una mujer en lugar de un hombre.

Además de eso, los rasgos de Holo eran ciertamente agradables.

Todavía asustado, Col intentó zafarse cuando Holo lo agarro del  brazo, pero cuando ella se le acercó, dejó de resistirse-de cierta forma, él era como Holo.

«Jeje. Vamos, no llores. Todo está bien.”

Había algo nuevo y fresco en ver a Holo consolar tan hábilmente a Col, tal vez porque Lawrence siempre ve su lado más desagradable.

Las líneas esbeltas de su cuerpo parecían incitar los instintos protectores de los hombres, pero dentro de su cuerpo era una loba sabía que había protegido a un pueblo durante siglos-sin duda un ser digno de ser llamado un dios.

Incluso los grandes héroes de la región de seguro no podían igualar su generosidad.

«Es tal como ella dice. Bien, ¿qué es lo que entendiste?”, preguntó Lawrence. Por el momento, sería mejor no demostrar que tenía interés en el hecho de que Col era un estudiante y en lugar de eso hablar de algo sin relación alguna.

Holo parecía sentir lo mismo, y liberó lentamente el agarre de su brazo mientras ella le dijo algo en voz baja.

Aunque un tinte de su miedo anterior permanecía en sus ojos, Col pareció recuperar cierta calma.

Tal vez por puro orgullo masculino trató de ocultar sus lágrimas al refregárselas, luego miró hacia arriba. «¿E-en serio usted no es…?»

«No. Lo juro por los dioses.”

Esas eran las palabras mágicas.

Col respiró hondo y aspiró ruidosamente.

En cuanto a Holo, tenía un aspecto complejo en su rostro mientras le sonreía con tristeza.

“A-así que… quiere saber porque… las monedas están en cofres?”

“Si.”

“¿No es porque, er… con un cofre, las monedas se pueden embalar perfectamente dentro?»

Holo arrugó la frente.

«Una respuesta excelente. Así es. Cofres de un tamaño fijo son elegidos y se llenan con monedas. Siempre y cuando el tamaño del cofre o grosor de la moneda no cambie, las monedas siempre van a encajar perfectamente en el cofre, y si incluso una sola es robada, va a ser inmediatamente obvio. Además, siempre sabrás exactamente cuántas monedas tiene un cofre dado. No hay necesidad de guardias extras ni de mano de obra adicional para contar las monedas. Es el mejor sistema en todos los sentidos”, dijo Lawrence, sonriendo a Col. “Hace años, yo nunca habría pensado en esto. Parece que realmente eres un chico educado.”

Col se enderezó con sorpresa, luego sonrió tímidamente.

Por el contrario, Holo parecía totalmente desinteresada. Era difícil saber si en realidad no se había dado de la respuesta-su corazón amable podría haberla hecho guardar silencio.

«Pero si esta discrepancia de tres cofres realmente apunta a algo fuera de lo común, eso sería interesante”, dijo Lawrence deliberadamente a Holo, quien se encogió de hombros como diciendo, «Me cansé de meterme en problemas.»

Si ella estaba siendo de esta forma ahora y si Lawrence decidiera que quería perseguir a Eve, ella podría muy bien llegar a una razón para no hacerlo.

«Er, uhm-”, Col interrumpió su intercambio sin palabras.

“¿Mm?”

«¿Qué podría ser ‘fuera de lo normal’? Sólo por ejemplo, quiero decir.» La sonrisa tímida de Col desapareció, reemplazada con una expresión seria.

Lawrence estaba un poco sorprendido, y Holo miró a Col, después miró a Lawrence.

«Sólo por ejemplo, ¿eh? Hmm. Alguna prueba de la acuñación ilícita de monedas, por ejemplo.”

El aliento de Col quedó atrapado en su garganta. La acuñación ilícita era un delito grave, por cierto.

Lawrence sonrió nerviosamente. «Aunque ese es un ejemplo-¡sólo un ejemplo!»

Decepcionado, Col se desplomó.

Fue un poco extraño-o más bien, él no parecía alguien que había sido estafado y sólo quería su dinero de vuelta.

Tal vez él necesitaba dinero.

Tal vez le prestaron el dinero que había utilizado para comprar estos papeles.

La idea se le ocurrió Lawrence mientras miraba a Holo, quien sólo sonrió y se encogió de hombros.

Holo podría haber sido capaz de leer las intenciones de la gente, pero sus recuerdos eran un misterio, incluso para ella.

«Es sólo que pensar en todas las posibilidades es una buena manera de matar el tiempo a bordo del barco, eso es todo”, agregó Lawrence.

Col asintió con pesar.

El chico tenía una imaginación audaz-él había hecho un intento desesperado al llamar a Lawrence maestro justo cuando su carta de privilegios fiscales falsificada lo estaba metiendo en problemas en el muelle. Sin embargo, había resultado ser un muchacho de buen comportamiento, a excepción de su extraña obsesión por el dinero.

Y él era un estudiante.

En el camino a la ciudad Eclesiástica de Ruvinheigen, Lawrence había conocido a una pastora cuya situación despertó su interés, este chico era casi tan interesante.

¿Cómo había llegado a estar vagando por esta zona, y qué le había hecho comprar esta pila de documentos falsificados y libros de contabilidad?

Lawrence quería conseguir toda la información sobre el chico, pero si presionaba demasiado, la boca de Col se cerraría a presión como una almeja sorprendida. Era una historia común-un estudiante cae en la bebida y el juego, luego en la estafa y por último en el robo. Ninguno era tan perseguido por el mundo como un estudiante que caía en tales actividades.

El miedo de Col se formó seguramente sabiendo muy bien qué tan fría podría ser la crítica del mundo.

Así que Lawrence puso su mejor sonrisa de comerciante y le preguntó, «Hay todo tipo de estudiantes, ¿de qué tipo eres tú?»

La mitad de los «eruditos» ambulantes en el mundo sólo eran autoproclamados y no habían hecho ni una pizca de estudio real en sus vidas. Pero Col podía leer, por lo que no parecía ser uno de esos.

Como Lawrence golpeó los papeles para ponerlos en orden, la respuesta de Col fue titubeante. «Er… le-leyes de la… Iglesia.»

“¿Oh?” eso era una sorpresa.

Estudiar leyes de la Iglesia-¿tenía el propósito de convertirse en un sacerdote de alto rango?

Los que se convertían en estudiantes o investigadores lo hacían porque su familia era rica y se podían permitir el lujo o porque querían una forma de convertirse en un miembro de la sociedad sin heredar el negocio familiar-o porque simplemente no querían trabajar y en lugar de eso se llamaban a sí mismos eruditos.

En cualquier caso, los estudiantes que estudiaban por un genuino deseo de aprender eran raros.

Y entre ellos, los que estudiaban leyes de la Iglesia eran un tipo especial.

Ellos no quieren volverse monjes, sino que quieren subir en los rangos de la Iglesia.

El campo atrajo a un grupo astuto, por cierto.

«¿Fuiste expulsado de la escuela?»

Esperar que Col respondiera podía haber tomado hasta el atardecer, por lo que en respuesta a la pregunta de Lawrence, Col asintió con la cabeza.

Era común para los estudiantes el juntar dinero y contratar a un tutor, alquilar la habitación de una posada o casa de huéspedes de una mansión para tomar clases- así que por supuesto, aquellos que no podían seguir pagando eran expulsados.

Había historias de santos que enviaban aves a espiar tales lecciones, luego volvían y las recitaban-pero incluso los milagros tenían límites.

Y Lawrence había oído que la mayoría de los profesores no responderían una pregunta sin un regalo.

Era un camino difícil al menos que uno proviniera de una familia rica o sea un genio para hacer dinero.

«Entonces una escuela en esta región… ¿Erisol, tal vez?»

“N-no… era Aquent.”

«¿Aquent?» preguntó Lawrence con sorpresa. Col se encogió como si hubiera sido regañado.

Los ojos acusadores de Holo eran casi dolorosos.

Pero la ciudad de Aquent estaba tan lejos que Lawrence no pudo evitar alzar la voz por la sorpresa.

Mientras observaba a Holo acariciar la espalda de Col, Lawrence se acarició la barba. «Lo siento. Me pareció un poco lejos, eso es todo. Haría falta mucho tiempo para hacer el viaje a pie. »

“…Si.”

«Si no recuerdo mal, Aquent es un lugar donde los sabios y eruditos se reúnen-un lugar donde las corrientes de agua pura corren por el centro de la ciudad, donde las manzanas de la sabiduría crecen durante todo el año, las conversaciones allí de tan solo un día se compara con todo las palabras de cuatro naciones, y si escribieras las conversaciones del día, llegarían hasta el fondo del océano. Su nombre es Aquent, un paraíso de la razón y la sabiduría.”

«¡Parece un lugar increíble! Sería bueno tener manzanas durante todo el año. ¡Un paraíso de verdad!”, dijo Holo, prácticamente lamiéndose los labios. Col parecía un poco sorprendido, pero pronto una leve sonrisa apareció en su rostro.

Incluso él se podía dar cuenta que Holo estaba exagerando.

«Um, eso… en realidad no es cierto”, dijo él.

«¿Hmm? ¿E-n serio…?» respondió Holo, sonando muy decepcionada, mientras se dio vuelta para mirar a Col.

Tal vez sintiéndose obligado, debido a la bondad que le habían mostrado, Col rápidamente trató de suavizar las cosas. «Er, um, bueno, pero-hay un montón de diferentes frutas en las tiendas todo el año. Incluso muchas de las raras.”

“¿Oh?”

«Como una fruta peluda de este tamaño, que no se rompe incluso cuando la golpeas con un martillo-pero por dentro hay una leche dulce.»

Él estaba hablando del coco.

Cuando la temporada era buena, los grandes barcos mercantes se detenían en los cálidos puertos del sur y a veces se veían esas cosas-pero Holo de seguro nunca había visto uno.

Y la imaginación de uno se puede ir por las nubes si no tuviera la realidad con la que anclarse.

Holo miró a Lawrence.

Sus ojos brillaban con una luz que era del todo sincera.

«Si los llegamos a ver, te voy a comprar algunos.»

No eran conservas de durazno en miel, pero difícilmente se encontrarán con cocos, por lo que Lawrence no estaba preocupado por mantener esta promesa.

Por supuesto, si se cruzaban con algunos, entonces él estaría en problemas.

«Pero en realidad, Aquent no es un paraíso. Allí hay un montón de peleas”, intervino Col.

«Sin duda las posadas están llenas de ladrones. Si duermes solo, tu ropa se habrá ido llegada la mañana, y si vas a un pub, estará lleno de peleas. Apuesto que cuando los ánimos suben, también lo hacen las llamas”, dijo Lawrence.

Con una montaña de estudiantes holgazanes que van desde la edad de Col a la de Lawrence, sería como tirar piratas y bandidos juntos en la misma habitación.

Lawrence estaba siendo un poco melodramático, pero la sonrisa arrepentida de Col no negó nada de lo que él dijo.

Un lugar lleno de escuelas ciertamente sería animado, para bien o para mal.

«Um, pero conocí a algunos maestros maravillosos allí, y he aprendido mucho.»

«En efecto, el ser capaz de leer tan bien a tu edad es impresionante.»

La sonrisa tímida de Col era increíblemente encantadora.

Holo también sonrió.

«Así que, ¿cómo es que terminaste aquí?» preguntó Lawrence y Col-aun sonriendo-miró hacia abajo.

“Probé mi suerte con el negocio de los libros…”

“¿Negocios de los libros?”

«Sí. El asistente de mi maestro me dijo que mi maestro iba a escribir nuevas anotaciones sobre un libro determinado, por lo que debía comprar copias de ese libro antes de que se eleve el precio…»

“¿Y lo hiciste?”

“Si.”

Lawrence hábilmente mantuvo su rostro neutral.

Cuando un famoso erudito escribía notas sobre cierto libro, el conjunto del libro y las anotaciones se vendían muy bien.

Era bastante común que un erudito y una librería de cooperaran-la librería compra copias de un libro poco popular, y el erudito escribía anotaciones para ese libro.

La escasez conducía a la suba de precios, que a su vez atraía una mayor atención.

Así que era bastante probable que en las ciudades con escuelas o universidades cercanas, hablar de tal o cual sabio planeando escribir anotaciones para tal o cual libro sería común.

Un comerciante puede comprar fácilmente pieles de oveja o harina de trigo un año antes de venderla, pero el negocio de la publicación era menos fiable que el clima de mañana, y Lawrence nunca se involucró en él.

Pero Col, que aparentemente nunca había echado un ojo a la avaricia y al clamor a su alrededor, en lugar de eso dedicándose a estudiar, no tenía la menor idea de las dificultades de ese negocio.

En lo que Col había invertido no era un negocio para nada.

Sino que era un fraude magnifico.

«Sabía que no tenía suficiente dinero para terminar mis estudios, así que pensé en tratar de sacar una ganancia. Y el precio del libro estaba subiendo casi todos los días, así que sabía que si quería ganar dinero, tendría que comprar pronto. Pero yo no tenía suficiente, así que le pedí prestado el dinero a un comerciante amigo del asistente.”

Fue una trampa de manual.

El aumento del precio era o bien una estratagema por parte del librero o los rumores se habían esparcido tanto había llevado a una mayor demanda.

Y mientras el precio comenzaba a subir, más y más personas llegaban a creer que los rumores de las nuevas anotaciones eran ciertos, lo cual subiría aun más el precio.

Después de eso, era una gran apuesta para ver quién sacaría el número de mala suerte.

Si había alguien más tonto, uno podría venderles a ellos y obtener ganancia.

Pero no pocas veces, el comprador original era el más tonto.

Lawrence esperó que Holo se emocionara con el relato, pero cuando él la miró, ella estaba mirando a Col con una expresión de profunda compasión-una expresión que él nunca había visto antes.

No fue realmente muy divertido.

«Pero por alguna razón, el maestro no escribió las anotaciones, y… el libro se volvió muy barato», terminó Col con una sonrisa avergonzada, y con la historia convirtiéndose exactamente como Lawrence supuso, él comprendió.

Col había caído en una trampa e incluso pidió prestado dinero para comprar libros.

Obviamente él ya no podía pagar las clases, por no decir nada de comer o pagar la deuda-por lo que hizo una rápida retirada.

Él podría haber terminado en una ciudad del norte como esta porque las conexiones entre los estudiantes eran más fuertes que la de cualquier comerciante torpe. Había tantos estudiosos perezosos en esta región que era fácil hacer un seguimiento de quién estaba en qué ciudad.

La mayoría de las escuelas y los eruditos se encontraban en el sur, pero en una ciudad lo suficientemente grande, había personas que trataban de obtener el aprendizaje de forma gratuita de los predicadores en las esquinas de las calles. Cuando Lawrence y Holo habían estado en Ruvinheigen, grupos de hombres jóvenes parecidos más o menos a Col se reunían para escuchar.

Pero una vez que Lawrence y Holo llegaron a esta región, esos grupos desaparecieron.

Hacía frío, después de todo, y pasar el invierno era difícil.

«Entonces yo, er, empecé a viajar por allí y allá, en busca de caridad, y terminé aquí. He escuchado que en el invierno un montón de gente viene por aquí, así que habría mucho trabajo.”

“Ah, las campañas de invierno, ¿eh?”

“Si.”

“Ya veo.”

Pero mientras Col huyó de los cobradores de deudas y se dirigió al norte, las campañas de invierno habían sido canceladas y no había ningún trabajo en absoluto. Sobrevivir en el invierno a este ritmo tomaría el poco dinero que tenía en mano.

Fue entonces cuando el misterioso estafador había aparecido.

Aunque Col había intentado estudiar leyes de la Iglesia, al parecer el tratamiento de Dios hacia él sólo ha sido frío.

O tal vez esto era una prueba de Dios.

«Y después de todos estos giros y vueltas, llegaste a nuestro barco», dijo Holo.

“S-si, así parece.”

«Es un encuentro bastante increíble. ¿No te parece?» dándose vuelta hacia Lawrence, Holo sonrió.

Las mejillas manchadas de Col se enrojecieron.

«A pesar de que no se puede decir que ha sido un viaje con suerte, al final no fue tan malo. El mundo está de hecho lleno de malicia, pero hay algunas trampas que se pueden evitar siempre y cuando uno sepa de ellas-la ignorancia es un pecado, después de todo. Pero ya no tienes que preocuparte más», dijo Holo orgullosamente. Si la capucha era removida, sus orejas seguramente estarían moviéndose.

¿La aparente calma materna que tenía hace un momento se fue a otro lado?

No, espera, pensó Lawrence.

Se dio cuenta de que Holo actuaba así porque a pesar de haber dicho cosas tan valientes mientras ella le extendió una mano de ayuda a Col, ella no tenía intención de asumir esa responsabilidad por su cuenta.

“¿La ignorancia… es un pecado?”

«Absolutamente. Pero no necesitas preocuparte. Después de todo, mi compañero paso por toda clase de adversidades para convertirse en un bomboncito con todas las letras… ¡mmph…!»

Mientras él miró a Holo con los ojos entrecerrados, Lawrence puso su mano sobre la gran boca de Holo.

Después de que ella dejara de murmurar, él se dio cuenta que estaba tratando de morderlo, por lo que sacó la mano.

«¿Tal vez le gustaría enseñarle todo el conocimiento y experiencia que ha adquirido?», dijo Lawrence.

«¿Hmm? Usted decir las cosas más extrañas, señor. A pesar de ser una chica de corta edad, ¿está diciendo que su conocimiento y experiencia son inferiores al mío?»

“Urgh-“

Debido a la necesidad de ocultar su verdadera naturaleza, Lawrence no pudo decir nada en absoluto para refutar a Holo, pero Holo podía hablar como ella deseaba.

Col estaba estupefacto mientras los miraba a ambos.

Los ojos de matiz roja de Holo parecían estar sonriendo, pero ella no hizo ademán de retroceder.

Mientras que ella le había brindado despreocupadamente su compasión al chico, era Lawrence que estaría en una mala posición si se veía obligado a jugar al mentor-a pesar de que sabía qué los problemas podrían evitarse si le daba el suficiente conocimiento. Lo que Col verdaderamente necesitaba aprender no era donde estaban las trampas, sino más bien cómo buscarlas en el primer lugar.

No era algo fácil de enseñar en un día.

Holo sabía eso muy bien.

Y sin embargo, ella estaba presionando a Lawrence en hacerlo de todos modos.

«¿Por qué fue que cuidaste tan bien de mí, eh?» Holo lo agarró de la oreja y susurró estas palabras en su oído. «¿Fue porque yo era tan encantadora? ¿Eres un macho tan superficial?»

“Esa-“

Esa no había sido la única razón, pero sin duda había sido parte de ella.

Si se negaba a prestarle sabiduría y ayuda a Col ahora, él no tendría ningún fundamento sobre el cual refutar la acusación.

La mirada de Holo lo penetro.

«¡Bien–bien! Ahora suéltame», dijo Lawrence. No sería una broma en absoluto si ella lo tiraba de la oreja por más tiempo de ese lado.

Holo finalmente lo liberó. «Claro. Ese es mi compañero, muy bien», dijo con una sonrisa de satisfacción, moviendo la oreja.

Lawrence quería vengarse de ella, pero no había forma de saber cuánta rabia provocaría si hiciera eso. «Así que, ¿el chico en cuestión realmente quieren aprender?»

Volvió la mirada hacia el estupefacto Col.

Col, luciendo como un cachorro, seguramente se dio cuenta de quién era el amo de quien, al igual que un perro de verdad podía.

A pesar de que se quedó boquiabierto por un momento ante la repentina pregunta que le hicieron, al final era un muchacho inteligente.

Col enderezó su postura y tomó aliento. «S-sería un honor aceptar su instrucción.”

Holo asintió con la cabeza, satisfecha.

Por supuesto, ella no era la que hacía la enseñanza.

Lawrence se rascó la cabeza y suspiró.

Si bien disfrutaba de enseñar, él no estaba a gusto con todas sus formalidades relacionadas.

Pero él no podía dejar que eso lo detenga.

Después de todo, no había sido sólo la atractiva silueta de Holo lo que lo había hecho recogerla y traerla consigo.

«Supongo que no hay remedio, entonces. Ahora estás realmente a bordo con nosotros.»

Apenas Lawrence dijo eso, el barco se balanceó ligeramente.

Col se enrojeció y Holo hizo un suspiro exagerado.

Justo cuando Lawrence se estaba arrepintiendo de haber dicho tal cosa, Holo habló.

“No necesitas preocuparte. Eso es lo que amo de vos.”

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